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NIO PRIMERO.-Despus de terminada la comida,
acorzanse el vientre...
TRIGEO.-Con buen vino, verdad?
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Librodot La Paz Aristófanes
NIO PRIMERO.-De las torres
Se precipitan.
Alarido inmenso
Surca entonces...
TRIGEO.-Que Zeus te confunda con tus batallas, bribonzuelo; no
sabes ms que cantos de guerra. De quin eres hijo?
NIO PRIMERO.-Yo?
TRIGEO.-S, t.
NIO PRIMERO.-De Lmaco.
TRIGEO.-Oh! Oh! Ya se me figuraba que debas de ser hijo de
algn aficionado a combates y heridas; de algn Boulómaco o Clausmaco.
Largo de aqu. Vete a entonar tus canciones a los lanceros. Dónde est el
hijo de Cleónimo? (Dirigindose al Nio Segundo.) Ven ac; canta algo
antes de entrar en casa. Estoy seguro de que tus cantares no sern tan
belicosos, ya que tu padre es tan prudente.
NIO SEGUNDO.-Un habitante de Sais
ostenta el brillante escudo,
que abandon a pesar mo
junto a un florecido arbusto68.
TRIGEO.-Dime, joven macho, y eso, lo cantas por tu padre?
NIO SEGUNDO.-Salv mi vida...
TRIGEO. :.. deshonrando tu linaje. Pero entremos; demasiado s que
el hijo de tal padre no olvidar nunca lo que acaba de cantar sobre el escudo.
Vosotros los que os quedis al festn ya no tenis que hacer otra cosa ms
que comer y consumir todas las viandas y menear sin descanso las
mandbulas. Lanzaos sobre todos los platos y comed a dos carrillos. Para
qu sirven, si no es para comer, los buenos dientes?
EL CORIFEO.-Eso queda a nuestro cargo; nos has dado un buen
consejo. Vamos! Los que ayer estabais hambrientos, saciaos ahora de liebre;
no todos los das se encuentran pasteles abandonados. Devoradlos, pues, si
no, tal vez sintis maana no haberlo hecho.
TRIGEO.-Silencio, silencio, va a presentarse la novia; coged las
antorchas69: que todo el pueblo se regocije y baile. Cuando hayamos bailado,
y bebido y expulsado a Hiprbole, llevaremos de nuevo al campo nuestro
humilde ajuar y pediremos a los dioses que otorguen a los griegos oro en
abundancia, y a nosotros riqusimas cosechas de cebada y vino, dulces higos
y esposas fecundas. As podremos recobrar los perdidos bienes y abolir para
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Versos de Arquloco, que huyó en un combate arrojando su escudo y despus celebró l
mismo su hazaa. Cleónimo hizo lo mismo.
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Las antorchas nupciales
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Librodot La Paz Aristófanes
siempre el uso del acero homicida. Ven, amiga, al campo. Te ha llegado la
hora, gentil mujercita, de embellecer mi lecho.
EL CORIFEO.-Eres digno de los bienes que ahora posees. Himeneo,
oh himeneo! Himen, oh himeneo!
TRIGEO.-Qu le haremos?
EL CORO.-Qu le haremos?
TRIGEO.-La vendimiaremos.
EL CORO.-La vendimiaremos.
EL CORIFEO.-Pues bien, amigos, los de la primera fila alcemos al
novio y llevmosle en triunfo. Himen, oh himeneo! Himen, oh himeneo!
TRIGEO.-Ya no hay duda; viviris felices y sin disgustos,
cosechando vuestros higos. Himen, oh himeneo! Himen, oh himeneo!
EL CORIFEO.-Grande y gorda es la del marido; breve y suave la de
la mujer.
TRIGEO.- (Al Coro.) Espera para hablar a haber comido y bebido a
placer. Himen, oh himeneo! Himen, oh himeneo! (A los espectadores.) Y
vosotros, si queris seguirme, comeris pasteles.
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